Significativo telegrama de Madero a Ramón Rosales.
A la memoria del Abogado e Historiador Juan Hernández Ángeles.
Don Ramón M. Rosales Rodríguez, ha sido sin duda uno de los más controvertidos personajes de nuestra historia, nacido en Pachuca el 15 de agosto de 1872, hijo de un prominente abogado, funcionario judicial de esta localidad y maestro de la Escuela de Jurisprudencia del Instituto Literario del Estado, Ramón, tras estudiar en el Instituto del Estado, se matriculó en la Escuela Nacional Preparatoria y poco después en la Escuela Nacional de Comercio y Administración, donde se graduó como Contador Público. En 1900, a la muerte de su padre, fue nombrado Agente en Pachuca de la Secretaría de Fomento. A mediados de enero de 1901, se integró a la Corporación Patriótica Privada que junto con el Congreso Liberal Ponciano Arriaga de San Luis Potosí, son los primeros en hacer pública su animadversión hacía el régimen porfirista, esta actitud ya le había acarreado ser recluido en la cárcel de Belén en 1895 o 96. Para 1905, después de una larga estancia en Nueva York, se graduó como licenciado en Sociología y Filosofía y emprende un viaje de estudios por Europa y Norteamérica. Simpatizante de la candidatura de don Francisco I. Madero, se sumó a ella tras renunciar a la Delegación de la Secretaría de Fomento y en unión del Notario Jesús Silva, fundó el Club Antirreleccionista Benito Juárez, que inició actividades el 16 de enero de 1910 en favor de la candidatura de don Francisco I. Madero y la suya como aspirante a una curul en la Cámara de Diputados. Ambos lograron que Pachuca fuera visitada por primera vez en su historia por un candidato a la Presidencia de la República al acoger el domingo 29 de mayo al “Apóstol de la Democracia”, quien durante dos días recibió las muestras de afecto de los pachuqueños. Tras el fraude electoral de 1910, Madero lanza el “Plan de San Luis” que Rosales respalda no sólo con su persona sino con su patrimonio al retirar todos los fondos con que contaba, depositados en el Banco de México y se une de inmediato al levantamiento que llevarían a cabo Enrique Bordes Mangel, Cándido Aguilar y otros prominentes revolucionarios. Un hecho empero da al traste con los planes de Ramón Rosales, el domingo 13 de noviembre de 1910 al ser apresado en el hotel “Bazar” de la Ciudad de México, sitio en el que le recogieron el dinero que tenía destinado al levantamiento en Pachuca y varias armas que había logrado reunir. En la cárcel de Belén permaneció Ramón Rosales el resto de 1910 y los cinco primeros meses de 1911, periodo en el que la revolución triunfó, al lograr la renuncia de Porfirio Díaz el 25 de mayo de ese año. Una de las primeras consecuencias que propició el retiro del viejo dictador, fue la toma de las ciudades de Tulancingo y Pachuca los días 15 y 16 de mayo respectivamente, efectuada por las fuerzas del general Gabriel Hernández, quien tras deponer al titular del Ejecutivo Local, Pedro Ladislao Rodríguez, deja el gobierno del estado de Hidalgo en manos del Notario Jesús Silva. Por desgracia horas antes de la llegada de las fuerzas revolucionarias a Pachuca, se suscitan diversos disturbios, auspiciados por el líder popular Macario “el Chato” Mohedano, que provocan verdadero desasosiego entre los pobladores de la capital del estado y preocupación en don Francisco I. Madero, que tan pronto como fue informado de lo anterior y enterado de que don Ramón Rosales, había logrado su libertad, decide ponerse en contacto con él a fin de buscar el regreso al orden en Pachuca. Debo a la benevolencia del licenciado Diego Hernández, la localización del telegrama que Francisco I. Madero envió a Ramón Rosales a las 6 de la tarde con 48 minutos, del 24 de mayo de 1911, según puede verse en el matasellos. El documento hallado por el abogado e historiador Juan Hernández, fue enviado de la Ciudad de El Paso Texas, a través de “Mexican Telegraph Company” vía Galveston, esta empresa tenía su central en la Avenida del Cinco de Mayo número 57 . La redacción es corta y sencilla “SR. ING. RAMÓN ROSALES. HOTEL EL BAZAR. MEXICO D.F. FELICITOLO CORDIALMENTE POR SU LIBERTAD. VAYA A PACHUCA AYUDAR RESTABLECIMIENTO ORDEN EN EL ESTADO HIDALGO. FRANCISCO I. MADERO. El telegrama ratifica la gran amistad que como correligionario había logrado Rosales con Madero y explica el porqué de la pronta llegada al gobierno del estado de Don Ramón Rosales, que el 4 de noviembre de ese mismo año ya despachaba como titular del Ejecutivo local en el Palacio de Gobierno, entonces establecido en la Plaza Constitución. Por desgracia la muerte de Madero en febrero de 1913, ensombreció la gestión gubernamental de Rosales, quien primero se vio envuelto en diversos escándalos, debido a que la Legislatura aprobó contra la voluntad de Rosales, el decreto que dio a nombre del estado de Hidalgo, reconocimiento legal al gobierno del general Victoriano Huerta y luego fue obligado a solicitar diversas licencias, casi subsecuentes hasta que presionado por el gobierno espurio tuvo que huir del país en agosto de 1914. Al triunfo de la Revolución regresó a Pachuca, donde se dedicó a la atención de un despacho contable-administrativo y a fortalecer a las logias masónicas en el Estado, pasión y vocación de toda su vida, que gracias a él lograron aumentar considerablemente. Finalmente, víctima de un paro cardíaco murió el 30 de abril de 1928, tres lustros después de su significativa actuación en el proceso revolucionario que transformó a México. menes_llaguno@hotmail.com Pachuca Tlahuelilpan noviembre 2014.