Porqué el 15 la ceremonia de la Independencia.
¿Es usted estimado lector de los que piensan que la celebración de los aniversarios del inicio de nuestra gesta libertaria se llevan a cabo la noche de los días 15 de septiembre, en virtud de haberlo así realizado el General Porfirio Díaz durante su larga estancia en el gobierno de la República, a fin de celebrar su cumpleaños? Pues siento desengañarlo.
En efecto, por una mera coincidencia el entonces Presidente de la República cumplía y desde luego celebraba con bombo y platillo su aniversario de vida –nació en Oaxaca, el 15 de septiembre de 1830– aunque solía hacerlo al medio día en una suculenta comida celebrada en compañía de su familia y un grupo escogido de sus amigos, en su residencia primero en Palacio nacional y a partir de su segundo periodo en el castillo de Chapultepec, de donde salía poco después de las 7 de la noche, para arribar alrededor de las 8 de la noche, a fin de saludar al cuerpo diplomático acreditado en México, ceremonia protocolaria que concluía después de las diez y media de la noche, a fin de afinar los últimos preparativos para salir al balcón central de Palacio.
Pero es conveniente señalar que esa costumbre no fue impuesta por el Presidente Porfirio Díaz, como suele afirmarse, pues procedía de muchos años atrás, formalmente a partir de que tal celebración empezó a recrear la escena de la madrugada del 16 de septiembre, con el llamado “Grito de Dolores”.
Esta costumbre estuvo presente en la celebraciones de diversos municipios del hoy estado de Hidalgo, como puede constatarse en los documentos que el investigador hidalguense Francisco Luna Tavera –por desgracia recientemente fallecido– dio a conocer en el libro “Joyas Documentales sobre los Antecedentes de la Guerra de Independencia de México y de las Celebraciones del Grito de Dolores y de la Independencia de México, por el Pueblo y Autoridades en el hoy Estado de Hidalgo de 1821 y a 1960”. En efecto consta por ejemplo que el 15 de septiembre de 1827, el Ayuntamiento de Huichapan –la ciudad en la que Ignacio López Rayón, conmemoró por primera vez el segundo aniversario del inicio de Independencia en 1812– tras ordenar que las fachadas se pintaran de blanco y se colgaran papeles de colores en las calles, se procediera el sábado 15 de septiembre por la noche a un “repique general en todas las torres de los templos, después se efectuaría una gran descarga de artillería de la Milicia Cibica (sic). Al día siguiente muy a la moda de la época se cantaría una misa de Tedeum donde se predicaría en honor de los héroes de la Guerra de Independencia.
Todo indica que esa costumbre, continuó sin cambio, pues en 1872, según el documento que se hizo circular en Huichapan, la celebración de la ceremonia de Independencia daba inicio a las 8 de la noche del día 15, después de asistir la población al teatro de la ciudad a efecto de escuchar un escogido concierto brindado por la filarmónica que dirigía el ciudadano José María del Pilar Martínez, se acudía a una representación del “Grito de Dolores” montada por varios jóvenes aficionados al arte teatral.
Finalmente, “las autoridades, empleados en general, Sociedades de Beneficencia y de artezanos (sic), la Junta Patriótica y demás vecinos, se dirigirán en comitiva al templete que al efecto se levantará en la plazuela de los Mártires de la Libertad, en cuyo sitio, instalada la reunión, se leerá el Acta de Yndependencia (sic) Nacional, se cantará un himno patriótico, se tocará una rumbosa y entusiasta diana y enseguida los oradores oficiales señores Licenciado Pedro Barreiro y Benito R. Dorantes, ocuparan la tribuna, por su orden, así como también el ciudadano Manuel G. Rodríguez, nombrado por la Sociedad de Artezanos (sic). Terminados los discursos se ejecutará otra pieza de música y después si no hubiere quien haga uso de la tribuna, se disolverá la tribuna.
Dos cosas llaman poderosamente la atención en relación con el documento citado, el primero es la lectura del “Acta de Yndependencia (sic)” que era considerada como la más elevada muestra de la libertad alcanzada y la otra, la entonación de un himno patriótico, lo que demuestra que para entonces no obstante existir ya el Himno Nacional –creado con letra José González Bocanegra y música de Jaime Nunó desde 1854– se hizo necesario buscar una pieza patriótica. Tampoco pasa desapercibido el hecho de que se ordenara el toque de una “rumbosa y entusiasta diana".
El ejemplo de Huichapan, fue seguido según la documentación de Luna Tavera, por Tecozautla, Chapantongo y Nopala, aunque seguramente fue también el caso de otros muchos Ayuntamientos no solo del actual estado de Hidalgo, sino de toda la república con algunas diferencias, ya que no había una disposición de carácter nacional que debieran seguir las entidades municipales para tal celebración.
De manera amable lector, que aquello de que la ceremonia de la conmemoración del Grito de Dolores el 15 de septiembre por la noche, no fue cosa de Porfirio Díaz como suele decirse, pues tal celebración nocturna procede de muchos años atrás del inicio y fin del periodo porfirista como puede verse en diversos documentos.
Finalmente permítame decirle que celebrar tal acto cívico en la madrugada del día 16, resultaba difícil de imaginar, sólo pregúntese una sola cosa ¿Qué es más fácil: desmañanarse o desvelarse?, escoja y podrá darse cuenta de que es lo más cómodo para una ceremonia cívica multitudinaria como la que nos reúne cada año la noche del 15 de septiembre.
Pie de Foto: Programa para el festejo de las fiestas patrias en Huichapan en el año de 1873.
www.cronistadehidalgo.com.mx Pachuca Tlahuelilpan septiembre de 2015.