Del Bartolomé de Medina al Cine Reforma.

10923828_825938757487609_4047600493720204517_nEl jueves 21 de enero de 1943, los habitantes de Pachuca vecinos de la plaza Independencia, se levantaron debido al pertinaz ruido que realizaba una cuadrilla de hombres con barretas, zapapicos, mazos y palas. Intempestivamente y sin aviso previo, una empresa de la Ciudad de México daba inicio a la demolición del Teatro Bartolomé de Medina, inaugurado 56 años antes de aquella fecha. Los azorados pachuqueños vieron esa mañana, como iniciaba la separación de puertas, ventanas y otros enseres adheridos a la venerada construcción.

Sobre aquel hecho, se suscitaron muchas versiones, una de ellas, encabezada por don Efrén Meneses Villagrán –uno de los vecinos de la plaza- señalaba que las piezas de cantera, con las que estaba revestida la fachada, fueron cuidadosamente numeradas a efecto de instalarlas en otro sitio, por mucho tiempo se dijo que aquellas piezas pararon en una hacienda de Huichapan, propiedad del gobernador Lugo Guerrero, cosa que desde luego es enteramente falsa, otro rumor fue, que se había vendido a una cadena de cinematógrafos, lo que si bien tenía mucho de verdad, no era enteramente cierto.

En efecto, los documentos derivados de aquel hecho, permiten saber que, presionado, el gobernador Lugo Guerrero por el principal accionista de la empresa Cadena de Oro, Maximino Ávila Camacho, hermano del Presidente de la República, el titular del Ejecutivo Local se vio obligado a firmar un contrato de comodato por 25 años, que incluía la construcción de una sala de gran tamaño, similar a muchas de las que esa empresa edificó en la Ciudad de México y otras ciudades al interior de la república.

El documento firmado por el gobierno del estado y la empresa Cadena de Oro, hacía alusión al hecho de que la sala del Bartolomé de Medina era pequeña y de cupo reducido, por lo que se hacía necesario erigir en ese mismo lugar otra más amplia, realizada bajo los nuevos métodos de construcción a base de viguetas de acero y cemento. No existe constancia de la presión ejercida por el gobierno federal sobre el estatal a fin de lograr el comodato, pero es enteramente presumible, dadas las circunstancias de la época.

El viernes 15 de enero de 1943, se recordó por última vez el quincuagésimo sexto aniversario de la inauguración del Teatro Bartolomé de Medina, con el inicio de una breve temporada teatral a cargo de la compañía experimental de Pachuca, dirigida por el maestro Luis Ayala Martínez, que concluyó el día 20. Al día siguiente comenzó la fatal demolición, ante la atónita mirada de los pachuqueños.

Un año 10 meses duró la construcción del edificio que albergaría además de la sala cinematográfica, a medio centenar de comercios y departamentos habitacionales, muchos de los cuales recibieron usos diversos, tales como consultorios médicos, bufetes de abogados, despachos contables o de arquitectura, laboratorios, oficinas inmobiliarias, escuelas e inclusive un sanatorio, así como espacios para otros usos. A todo este conjunto se le denominó Edificio Reforma, aunque los pachuqueños dolidos por la demolición de la bellísima sala de Bartolomé de Medina, le denominaron jocosamente como “Adefesio Reforma”, que hacía alusión a la enorme y grotesca mole de concreto y acero que mucho coadyuvó a la pérdida de identidad de la plaza donde se levanta el Reloj Monumental así como de su entorno.

El programa inaugural de la nueva sala con capacidad para unos 2 mil espectadores, constó de 9 puntos, en primer término la banda del estado ejecutó el paso doble “Hidalguense” nuestro himno estatal, compuesto por el huichapense Abundio Martínez, enseguida el grupo “Los Plateados”, artistas de XEW interpretó tres huapangos, continuó la actuación del realmontense “Antonio Badú”, actuaron también “Martha Zeller” y el conjunto orquestal de “Consuelito Velázquez”; el compositor de moda “Pepe Galindo” interpretó dos de sus mejores composiciones, correspondió en sexto lugar al tenor “Carlos de Nava” y al compositor “Pepe de la Vega” artistas exclusivos de Radio Mil, interpretar otro par de melodías, actuó también “El Jarocho y Su Guitarra”; “Cecil Abreu” la rumbera del momento ocupó el foro con uno de sus movidos bailes y cerró el programa la orquesta de “Consuelito Velázquez”. Todo terminó con la exhibición en la enorme pantalla de aquella sala de la película “Gran Hotel” actuada por el mimo mexicano Mario Moreno Cantinflas.

Pero el cine Reforma, también tiene su historia, los integrantes de mi generación recordarán con nostalgia, los grandes filmes de los cincuenta y sesenta, como el moderno Ben Hur o Los Diez Mandamientos, actuadas por Charlton Heston, evocarán también aquellas noches en que llegó a su escenario don Jorge Marrón, el “Doctor I Q” y algunos más añorarán aquellos domingos por la tarde en que se consideraba obligado acudir al estreno de cualquier película, acompañados por la reina de nuestros sueños o simplemente con la palomilla de amigos.

Algo imposible de olvidar, será sin duda la adquisición de los ricos pastes que se expendían en la dulcería, acompañados de un buen refresco de cola que junto a un botecito de palomitas, era devorado mientras se admiraban las actuaciones de los artistas de moda. Pero el mejor de los recuerdos se suscitó aquella mañana de octubre de 1977, cuando, como años atrás con el teatro Bartolomé de Medina, una cuadrilla de trabajadores, dio inicio a la demolición de aquella horrible construcción, que permitía ver en toda su magnitud la grandeza de nuestro reloj, aunque el nuevo proyecto, dejó mucho que desear.

Pronto la plaza tendrá una nueva imagen que con toda seguridad no gustará a varios, como siempre sucede en estos casos, pero que mucho deseamos sea al menos armónica con el entorno del lugar de mayor simbolismo para los hidalguenses.

www.cronistadehidalgo.com.mx Pachuca Tlahuelilpan, Abril 2015.